Los pocos datos que poseemos sobre la figura de Donato, gramático que ejerció la enseñanza en Roma en el siglo IV, proceden del testimonio de su alumno San Jerónimo.
Donato nos ha dejado obras relacionadas con su actividad como enseñante y que se complementan: las gramáticas Ars Maior y Ars Minor y comentarios a las obras de Virgilio (hoy mutilados) y Terencio (sobre cuya correspondencia con los auténticos de Donato hay dudas), textos fundamentales que formaron parte del programa de estudios durante mucho tiempo.
Las gramáticas de Donato se dirigían a los jóvenes romanos que estaban familiarizados desde pequeños con la lengua (aunque en el siglo IV el latín hablado era sin duda muy diferente del latín escrito del siglo I a. C.) y necesitaban una introducción a la taxonomía gramatical y el conocimiento de una terminología adecuada para formas que ya conocían.
El Ars maior se divide en tres libros: una definición del sonido articulado y de sus elementos: letras, sílabas, pies, acentos, puntuación (libro I); una descripción de las partes de la oración y sus características (libro II); y una lista de cualidades y defectos del discurso (libro III). Los tres libros se organizan en una estructura jerárquica ascendente que progresa desde la unidad más pequeña a la más grande: letra, sílaba, palabra, enunciado completo. Dentro de cada capítulo la estructura es similar: definición, lista de propiedades o atributos de la noción definida, discusión de cada propiedad con ejemplos y, finalmente, tratamiento de cuestiones misceláneas para las que el autor no encontró otro acomodo. La naturaleza metódica de esta presentación facilita el manejo del libro. Sin embargo, no hay prefacio ni una enunciación preliminar general, no hay pasajes de transición entre libros ni a veces entre capítulos, no hay reflexión sobre el contenido ni hay conclusiones al final de cada parte. Tampoco ofrece una descripción morfológica completa ni reglas para el orden de palabras o la concordancia o el uso de modos y tiempos.
Donato, probablemente incitado por su experiencia docente, resumió el libro II del Ars maior (las partes del discurso y sus accidentes) en el Ars minor, una breve introducción de apenas once páginas, donde expone para los principiantes los fundamentos abreviados en forma de preguntas y respuestas, un formato que sin duda ya se había utilizado y que se seguirá usando. Además, incluye también un ejemplo de declinación (nombre, pronombre, participio) y de conjugación (verbo) que no aparecen en el Ars Maior.
Las obras de Donato enseguida fueron objeto de comentarios, sirvieron como modelo a otros autores y fueron estudiadas sin interrupción hasta el siglo XVI, dominando, junto con Prisciano, toda la historia de la gramática occidental. Probablemente su estructura sistemática, la claridad de la presentación y la brevedad contribuyeron a su enorme éxito.
Al final de la obra, como puede verse en la imagen, figuran estas palabras en latín: Barbariem quicumque cupis uitare loquendo,/ Donati hoc lecto codice doctus eris. (“Tú, que deseas evitar la incorrección al hablar, después de haber leído este libro de Donato, serás un experto”)
Esta edición, como puede verse en la portada, recoge el Ars Maior junto a obras de otros once gramáticos.
Bibl.: Holtz 1981; Law 2003; Matthews 1994.