ÁRABE

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La enseñanza del árabe

El árabe constituye una familia lingüística originalmente hablada en la península arábiga y que desde el siglo VII protagonizó un enorme crecimiento de mano de la expansión del islam; precisamente en árabe se puso por escrito el texto sagrado de esta religión, el Corán. Un siglo después de la muerte de Mahoma, acaecida en el 632 d. C., los musulmanes controlan el norte de África y la península ibérica mientras que en el este han reemplazado al Imperio sasánida. Estos factores, la santidad y perfección atribuidas a la lengua coránica y la rápida expansión sobre múltiples territorios y diversas lenguas, explican el surgimiento de una productiva tradición gramatical, destinada desde sus inicios a mejorar la comprensión y expresión del árabe, como las leyendas sobre el primer gramático, Abu al-Aswad (s. VII), atestiguan. El árabe queda vinculado a la unidad religiosa y política, siendo un requisito necesario para el ascenso social. El desarrollo de la gramática árabe se vincula a la creación en el siglo VII de las dos escuelas iraquíes de Basora y Kufa, que sirven de base para la fundación en el siglo VIII de la escuela de Bagdad.

La puerta al estudio del árabe en Europa es al-Andalus. Atraídos por el esplendor cultural muchos reputados gramáticos se instalaron en el sur de la península ibérica a la par que destacados andalusíes viajaron a formarse a Oriente, persiguiendo el ideal purista de la lengua beduina en el que ya había ahondado uno de los mayores gramáticos del árabe en el siglo VIII, Sibawayhi.

El interés por el árabe en la Europa cristiana oscilaba entre, por un lado, las actividades misioneras y de polémica religiosa y, por otro, la utilidad erudita que se le reconocía para el estudio del Antiguo Testamento en tanto que lengua cercana al hebreo. En consecuencia, el aprendizaje del árabe solía tener como objeto el Corán o traducciones árabes del Nuevo Testamento, aunque conforme avanzaba el siglo XVII también la poesía encontró su sitio en gramáticas y léxicos.

La enseñanza del árabe en el Estudio salamantino debió de ser irregular, pero probablemente más prolongada de lo que se solía creer. A resultas del Concilio de Vienne (1312) la Universidad de Salamanca es instada a impartir árabe. Sin embargo, la constitución de una Cátedra trilingüe de hebreo, arameo y árabe dificulta hallar profesores capaces de impartir las tres lenguas y uno de los últimos en enseñarlas todas debió de ser Martín Martínez de Cantalapiedra. Si bien tenemos constancia algunos otros profesores después de él, es imposible documentar la enseñanza del árabe en Salamanca ya en el siglo XVII.

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